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Martes 05 de mayo de 2020

A la comunidad universitaria:

Chile y el mundo atraviesan momentos impensados. La masiva inclusión de nuevas tecnologías a nuestra cotidianidad, los cambios sociales generados por la globalización e incluso las aún desconocidas consecuencias de la pandemia han hecho tambalear diversos cimientos construidos a lo largo de décadas y, sin duda, están modificando radicalmente muchos conceptos que hasta ahora manejábamos a través de consensos.

Sin embargo, este contexto abre una oportunidad para que cada persona u organización pueda cumplir responsablemente su función en la sociedad, aportando desde los diversos quehaceres a potenciar el desarrollo del país y generar el bienestar para sus ciudadanos.

Nuestro compromiso desde hace tres décadas ha sido formar personas y profesionales que cumplan este rol. Para ello, hemos puesto el máximo esfuerzo en construir un proyecto educativo sólido, tanto en el plano académico como en el de gestión, lo que ha sido reconocido y alabado por todos los actores que componen el sistema educacional, y que se ha visto reflejado en las sucesivas acreditaciones de nuestra calidad en Chile y Estados Unidos.

Este posicionamiento además permitió que en 2011 hayamos sido una de las primeras universidades privadas en incorporarse al Sistema Único de Admisión (SUA), porque confiábamos en un sistema integrado, que permite a los estudiantes, de manera transparente y justa, decidir en qué universidad estudiar.

Como parte de este interés por contribuir a crear mejores políticas públicas, también mostramos nuestros reparos a la ley que introdujo reformas al Sistema de Educación Superior, que fue aprobada en 2016 y que entre otras medidas proponía la gratuidad para las universidades que deseasen adscribirse. 

Si bien aquel proyecto parecía genuino en su intención, su implementación contemplaba un apresuramiento que siempre criticamos. 

Es que si bien en ese momento cumplíamos con todos los requisitos para ingresar (institución privada, acreditada por al menos cuatro años, constituida como persona jurídica sin fines de lucro y estar adscrita al SUA), tras analizar el detalle y los efectos que tendría para los 22 mil estudiantes que eran parte de nuestra comunidad, decidimos optar responsablemente por decir "no".

Si la Universidad Mayor hubiese adscrito al sistema de gratuidad en ese momento, hubiéramos sido afectados financieramente de forma brusca y sin ninguna respuesta concreta del Estado frente a un escenario adverso. El tiempo demostró que teníamos la razón, cuando otras universidades privadas que accedieron al sistema de gratuidad, tuvieron que luchar día a día para poder perfeccionar sobre la marcha, un modelo apresurado que impactó fuertemente en sus modelos educativos. Un costo que debieron asumir sus académicos, estudiantes y colaboradores de sus comunidades.

Luego de esta difícil decisión, hemos utilizado diversas herramientas, como becas y créditos, para seguir siendo una opción válida dentro del sistema. Y los resultados nos han acompañado, ya que hemos mantenido nuestra matrícula; abrimos nuevas carreras, relacionadas a los nuevos requerimientos del mercado laboral; potenciamos el área de Investigación y ya alcanzamos niveles que hoy nos ubican en los primeros lugares de los rankings; y seguimos demostrando nuestra calidad, sumando a la acreditación institucional la continua certificación de Escuelas y carreras.

Durante este tiempo, en el que hemos generado una expansión responsable y consolidando una estabilidad institucional, también hemos podido observar y revisar la implementación de la reforma, con sus fortalezas y debilidades, las que se han ido ajustando, permitiendo que más jóvenes tengan la oportunidad de convertirse en profesionales, dentro de un Sistema de Educación Superior con reglas claras y que aseguran la viabilidad de las instituciones que lo integran.

Ese también es el compromiso que diariamente cumplimos con nuestros estudiantes, académicos, colaboradores y todos aquellos que integran nuestra comunidad. 

De esta forma, y teniendo en cuenta nuestra función de protegerlos y asegurar que su experiencia en la Universidad Mayor siga sumando calidad y bienestar, es que hemos decidido dar un paso adelante y solicitar a la Subsecretaría de Educación Superior la adscripción a la gratuidad universitaria a partir del año 2021, respuesta que de acuerdo a la ley vigente, le correspondería entregar en los próximos 60 días.  

Esta decisión la adoptamos luego de intensos y responsables análisis, y confiados en que hemos preparado el camino para que esta política pública represente el impulso necesario para transformarnos en una de las mejores instituciones de la Educación Superior chilena, compuesta por los más destacados y diversos jóvenes talentos en Ciencias, Artes y Humanidades.

Es además una muestra de nuestra responsabilidad, empatía y comprensión con el 55% de nuestros actuales estudiantes, quienes hoy calificarían para optar al beneficio. Les debemos a ellos y sus familias, la oportunidad de poder acceder a la calidad de la Universidad Mayor, una decisión que tomaron cuando el contexto era otro y que hoy tenemos la obligación de asumir, bajo este nuevo escenario.

Finalmente, la decisión es parte de nuestra capacidad de adaptarnos y reinventarnos, porque estamos convencidos de que una gestión realizada con excelencia y el esfuerzo por generar conocimiento local es la principal vía para cumplir el compromiso que adquirimos hace 32 años: formar personas y profesionales integrales, que aporten a resolver los grandes desafíos que traerá el futuro para Chile y todos quienes habitamos este territorio. 

Les saluda con el aprecio de siempre,

Rubén Covarrubias Giordano
Rector

 

  

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